Una cosa es una cosa...
Creo que no tiene absolutamente nada de malo que alguien que tenga el billete a grandes cantidades se dé el lujo de contratar a los artistas que quiera, incluso tratándose de narcos. Lo malo aquí es que el chéspiro le vio la cara a todo México con sus campañas moralistas sobre el aborto y creo que hasta contra el peje. Como dijera la chimoltrufia "Una cosa es una cosa y otra cosa es otra cosa".
El beso de Juan Gabriel.
Las fiestas legendarias con artistas de primer orden también son narradas en el libro. A ellas asistieron desde el Chavo del Ocho hasta Juan Gabriel. Rodríguez destaca precisamente una anécdota con el cantante mexicano, quien le hizo una broma a su padre por insinuación de José 'Chepe' Santacruz, otro de los capos del cartel.
"Juan Gabriel al finalizar la canción se acercó de a poco a donde estaba mi padre, quien lo observaba atentamente, igualmente extasiado por el arte del cantaautor. De pronto Juan Gabriel queda junto a mi padre le coloca una mano en su hombro, toma aire y remata con todos sus pulmones la emotiva canción, y cuando la sala se cubría de sonoros aplausos y vivas, incluidos los de mi padre, Juan Gabriel se agacha y le clava un sentido beso a Gilberto Rodríguez Orejuela, quien sumamente sorprendido y confundido la emprende contra el mexicano, ante la risa de 'Chepe' Santacruz".
Cuenta, luego, que Juan Gabriel tuvo que ser sacado directo al aeropuerto porque su padre lo quería matar.
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3 comentarios:
Se le chispoteo.
por que hacen tanto desmadre por esto? es igual a cuando la casta o cafe tacuba toca para toda la bola de drogadictos!
buena observación, pero a toda esa bola no los busca la justicia ni tienen el dinero que tienen los capos.
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