martes, septiembre 18, 2007

Una cosa es una cosa...
Creo que no tiene absolutamente nada de malo que alguien que tenga el billete a grandes cantidades se dé el lujo de contratar a los artistas que quiera, incluso tratándose de narcos. Lo malo aquí es que el chéspiro le vio la cara a todo México con sus campañas moralistas sobre el aborto y creo que hasta contra el peje. Como dijera la chimoltrufia "Una cosa es una cosa y otra cosa es otra cosa".



El beso de Juan Gabriel.


Las fiestas legendarias con artistas de primer orden también son narradas en el libro. A ellas asistieron desde el Chavo del Ocho hasta Juan Gabriel. Rodríguez destaca precisamente una anécdota con el cantante mexicano, quien le hizo una broma a su padre por insinuación de José 'Chepe' Santacruz, otro de los capos del cartel.

"Juan Gabriel al finalizar la canción se acercó de a poco a donde estaba mi padre, quien lo observaba atentamente, igualmente extasiado por el arte del cantaautor. De pronto Juan Gabriel queda junto a mi padre le coloca una mano en su hombro, toma aire y remata con todos sus pulmones la emotiva canción, y cuando la sala se cubría de sonoros aplausos y vivas, incluidos los de mi padre, Juan Gabriel se agacha y le clava un sentido beso a Gilberto Rodríguez Orejuela, quien sumamente sorprendido y confundido la emprende contra el mexicano, ante la risa de 'Chepe' Santacruz".


Cuenta, luego, que Juan Gabriel tuvo que ser sacado directo al aeropuerto porque su padre lo quería matar.
Nota completa:

3 comentarios:

aguilajaguar dijo...

Se le chispoteo.

Anónimo dijo...

por que hacen tanto desmadre por esto? es igual a cuando la casta o cafe tacuba toca para toda la bola de drogadictos!

Esponja Informativa dijo...

buena observación, pero a toda esa bola no los busca la justicia ni tienen el dinero que tienen los capos.