LA POSTAL

La isla de las Muñecas

Si ya estás aburrido de ir siempre a la misma cantina o al antro de siempre. Si ya te sabes todos los precios de los aparadores del Centro Comercial más cercano a tu casa, qué mejor opción que conocer La Isla de las Muñecas.

Visitar esta isla es sinónimo de diversión pura: primero tienes que hacer un largo viaje (más si vives en el norte o centro de la vieja Tenochtitlán) hacia el sur, y llegar a Cuemanco, y embarcarte en una trajinera.

El recorrido incluye de todo: trajineras que te ofrecen música de mariachi, corridos, huapangos. Trajineras que ofrecen souvenirs, flores o comida, para que finalmente llegues a la Isla de las Muñecas.

Como es común con este tipo de sitios, son muchas las leyendas de por qué esta chinampa se fue plagando de todo tipo de muñec@s. Las versiones, claro, son más fantasmagóricas si las pasan por Televisa o Tv Azteca. Más leves pero todavía torcidas si leemos por ejemplo la siguiente nota del diario Crónica:

http://www.cronica.com.mx/nota.php?id_nota=279434

Pero la verdad es que hace unos 50 años a Don Julián Santana se le murió si hija, fue dura su depresión que decidió no tirar las muñecas de su hija, además de que comenzó a pepenar todo muñeco o muñeca que se encontraba en la basura, en el camino, para que después al comenzar agarrar su isla una forma algo tétrica o misteriosa, y que la gente comenzara a visitarla, ésta misma contribuía con ejemplares para seguir poblando su isla.

Actualmente, Anastasio Santana, sobrino de don Julián sigue la tradición y cobra una módica cantidad para que los visitantes puedan desembarcar en La isla de las Muñecas.

Si vas a visitar esta isla lo mejor es que tomes tu trajinera en el embarcadero de Cuemanco, no en el de Xochimilco, ya que en este último es donde hay más gente, más borrachos, más tráfico marítimo, etc. Está más relax por Cuemanco.

Fotos: Roberto A.