lunes, enero 08, 2007


Foto deL CRÓNICA del 6 de enero (debería ir unas fotos mías pero ya no se pudo)

Los Toreros de Corregidora

Centro Histérico.- Están dando las 6 en punto de la tarde y me encuentro en una de las zonas más concurridas de la ciudad en el mes decembrino y los primeros días de enero. Es 5 de enero, y los millones de Los Reyes Vagos no privilegiados aunque sepan que se aproxima la cuesta de enero, y una muy especial por comenzar un nuevo sexenio donde ya todo subió, menos el metro y los refrescos –según, porque la Lulu Cola ya subió 2 pesos—; también se podría incluir el salario, ya que fue una mentada lo que subió. Así que aunque saben que la gasolina, las tortillas, la leche, los pañales, los juguetes, los intereses bancarios, los cigarros… ya subieron, miles y miles de esos millones de Reyes hacen el viaje a calles como Correo Mayor, Moneda, Corregidora, Venustiano Carranza, Circunvalación, entre otras, para ver qué pueden llevarle a los niños que ya mandaron su cartita, ya sea por globo, directamente con los Reyes Magos allá en el Monumento a la revolución o por Internet.

Será una sesión fotográfica de rutina, pienso yo; los periódicos, radio y televisión mencionan a cada rato que hay un operativo policiaco para que los Reyes Vagos no sufran algún acto delictivo. Además a eso, se suma que dos semanas atrás anduve con mi cámara caminando desde el mercado de Sonora hasta la farmacia Paris; pasando por la Merced, San Pablo, Regina, Pino Suárez, 20 de Noviembre y República del Salvador, dígome yo, qué podría pasarme en pleno Zócalo, en Corregidora, con tanta gente.

Había tomado aproximadamente cinco o seis fotos sobre Corregidora cuando cámara en mano derecha estirada hacia arriba, una mano extraña agarra la cámara, pero no puede quedársela porque yo la tenía bien sujeta con la correa mientras que me dice: “¿Para qué estás tomando fotos? No puedes tomar fotos”, unos 2 segundos después se suma a a lucha por la cámara un par más de manos extrañas, unas pertenecían a un gordo no muy agraciado por sus progenitores, y las otras a un hombre como de 1.75 metros de altura. Entre los dos no podían quitarme la cámara, porque la tenía bien sujeta gracias a la mentada correa, y me decían: "Presta la cámara cabrón” y yo les decía “Pues yo borro las fotos” como unas diez veces les dije. Después les señalé: "Ustedes me quieren asaltar que se hacen…” y que grito dos veces "Ey, me están asaltando”, el gordo prieto de cabello negro me dijo: "Grita lo que quieras, nadie te va a ayudar”, y pues sí, todos los Reyes Magos andaban suspendidos en la búsqueda del juguete prometido, bonito y barato y que no se viera tan chafita, que nadie escuchó mi frase de cuatro palabras.

A estas alturas me había percatado que no eran asaltantes, bueno, al menos de los comunes, los que sacan un arma y si no sueltas algo te mandan al reino de Pinochet o al de Gandhi o la Madre Teresa. Osease, eran “Toreros”, los que andan vigilando, checando, informando, “protegiendo”… a los vendedores ambulantes; por lo que cuando uno de ellos dijo que si no soltaba la cámara me la iban a quitar, y pues como hasta eso ninguno me golpeó o mínimo empujó, les solté la cámara, en unos 3 segundos me la devolvió, sin pila y sin Memory Stick, y que le digo al panzón: “Oye, dame la pila, cuesta 800 pesos”, el susodicho caminó en lado contrario al otro (Correo Mayor), y me gritó: "Y si quieres ve con los policías, no van a hacer nada”.

Lo comencé a seguir y chequé dónde se quedó, y seguí su sugerencia, fui con los policías, y pues sí, casi no hicieron nada:

Eran como tres elementos de los policías uniformados, como tres vestidos de civil, uno de ellos un comandante, y cerca algunos granaderos. Uno de los primeros tres al escuchar mi historia, me dijo que fueran con el de la chamarra:
"Comandante, aquí lo necesitan”; cuando le conté mi historia al comandante me dijo: "Mira, diles a los dos que están ahí, ellos te lo resuelven”. Mientras los tres primeros le comentaban a la mujer y a un hombre con quien me estaba mandando “El Comandante”. Se acercaron la mujer y el hombre, civiles, y nada más y nada menos que la líder de los ambulantes de Corregidora y me pidió que le contara mi historia. Me preguntó la descripción, después de darle la del gordo (del otro no me fije, solamente me enfoqué en uno), dijo: "Ah, es el Gustavo. Déjame hablarle para que venga, que no se pase de lanza”, hizo una llamada de su celular, y como a los 10 minutos llegó uno que no era Gustavo, pero traía la pila y le dijo a la líder (La Güera, pero hay tres): "Dice que perdón, que pensaba que estaba tomando fotos con otras intenciones”.

Lo que yo no sabía cuando llegué al Centro, es que precisamente, una hora antes sobre Corregidora los ambulantes se sonaron a los policías, así que arrivé en mal momento…

Pero la Memory Stick no la traía el emisario, y le dije a la líder que faltaba, que era de medio Gyga y que costaba un varo, dos policías dijeron que me arreglara con la líder haber cuánto me daban por la memoria, pero en esos momentos se fueron La Güera y su acompañante.

Los oficiales me dijeron, como para consolarme, que me había ido rayado, que tenía mi cámara y mi pila, que no le insistiera, que si íbamos a buscar al Gustavo, cuando nos adentráramos en Corregidora seguramente se iba a echar a correr o se iban armar los madrazos.

Después ya solamente estaban dos uniformados, me preguntaron si quería levantar mi denuncia, dije que lo más seguro que sí, y me preguntaron si traía mi credencial de elector, a lo que dije que no, así que me dijeron que me la iban a pedir. Así que me preguntaron dónde vivía, les respondí y me sugirieron que me daban un aventón y que en el camino con lo que gustara cooperar, dejaron de insistir cuando le hablé a mi hermana y uno de ellos habló con ella y supo dónde trabajaba ella, cuando terminé la llamada en mi celular los dos oficiales mejor se fueron en su patrulla.

Y bueno, como la madre de Hugo Alberto Wallace Miranda, quien investigó el secuestro de su hijo por parte de César Freyre Morales y otros en el 2005, yo ya inicié mi investigación para recuperar mi Memory Stick. Ya sé que hay tres Güeras, que la que estaba ese día era temporal, que las que siguen mandando ahí son las hijas de Guillermina Rico, y por medio de otra líder, la de Venustiano Carranza, es que pienso “recuperar” mi memoria, estén en sintonía para el fin de esta investigación, mientras yo mañana iré a un Centro Autorizado Sony porque con los jaloneos no me dejaron en buen estado mi cámara.

http://www.cronica.com.mx/nota.php?id_nota=279341 AMBULANTES VS POLICIAS

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