viernes, enero 19, 2007

EL PODER DEL PUEBLO

Cólera, odio, hartazgo, repudio, enojo, amor, traición, son algunas de las pasiones, emociones o sentimientos que realmente hacen reaccionar, las que movilizan o despiertan a un individuo, a una colectividad, a las masas, al pueblo, y no así las teorías económicas, las leyes, la mercadotecnia, y demás artificios inventados y/o manejados, bajo los cuales actúan funcionarios, gobernantes, empresarios… y representantes del pueblo.

Entonces, ¿por qué aun sabiendo esto, los que tienen el poder económico y social siempre subestiman a las masas? ¿Por qué si utilizan la retórica para crear, imponer, atacar, bloquear, diseñar programas, etc., no toman en cuenta esta misma junto con los hechos, para percatarse de que los resultados pueden ser adversos a sus intereses u objetivos?
Será acaso –obviamente- que ¿son mayores sus intereses personales o que trabajan para alguien, para la minoría? o ¿Será que realmente no tienen la capacidad para razonar y extrapolar las consecuencias de las injusticias, mentiras, desfalcos, robos, fraudes…?


Por esta ignorancia o por subestimar al pueblo, es que muchos piensan que nos van a seguir viendo la cara por muchos sexenios más o que los boicots no sirven; por ejemplo un boicot a los productos estadunidenses (por aquello de la invasión a Irak) es imposible: una utopía, un sueño guajiro, que se trata de "payasadas", como bien lo dijo el presidente de la Confederación de Cámaras Industriales (Concamin), Javier Prieto de la Fuente (La Jornada, viernes 29 de marzo): “Estas personas ni siquiera le están poniendo el coco. Dejar de comprar tal o cual refresco sólo porque es una marca de Estados Unidos, perjudicará más a trabajadores mexicanos que hacen ese producto, una hamburguesa o cualquier otra cosa. Hablar de boicoteos no tiene ningún sentido".

Que ese boicot afectaría a miles de trabajadores mexicanos, totalmente cierto (por sentido común se llega a esta aseveración), pero eso tiene solución; como todo problema o situación la tiene: Wall-Mart comienza a cerrar sucursales por un boicot, cientos de empleados pierden sus empleos con salarios raquíticos y sin prestaciones en México. Luego, la Comercial Mexicana, Chedraui, Gigante o Soriana abren más sucursales o compran las de Wall-Mart; entonces, miles de exempleados vuelven a conseguir empleos y decenas o cientos de proveedores consiguen mejores contratos que con Wall-Mart.

Pero sigamos con el desprecio que existe hacia la capacidad de lo que puede desarrollar el pueblo. ¿Será que esos incrédulos no pueden escarmentar en cabeza ajena?, con hechos como el derribamiento del Muro de Berlín; las elecciones del 2 de julio de 2000; el movimiento que encabezó Martín Luther King; el terremoto de 1985 en la Ciudad de México; las marchas mundiales en protesta contra la invasión a Irak; la aplastante victoria que obtuvo Jacques Chirac en Francia hace unos años, etc.

Si la caída del muro que dividió por 28 años a Berlín, a familias, a amigos, se debió a la presión del gobierno de Ronald Reagan y demás instancias contra el líder soviético Mikhail Gorvachev, el éxito –al principio- que hubo después del 9 de noviembre de 1989 con la reunificación de Alemania, no se debió a ninguna ley económico o social, o a un programa establecido para una integración exitosa, sino a una efervescencia emotiva de los ciudadanos alemanes, es decir, a los sentimientos o pasiones (amor, esperanza, placer, odio a los líderes) de quienes por fin volverían a ver, abrazar, besar, platicar, querer, a los seres queridos que habían desaparecido de sus vidas (tanto más, a quien estuviera de frente aunque fuera un desconocido, era a quien con alegría abrazaban cuando cayó el Muro). Son tantas las imágenes que hay sobre ese emotivo encuentro tras el derrumbamiento de más de 155 kilómetros de acero, trampas y alambradas, que nadie puede negar que lo que imperó en esa época fueron pasiones con algo de racionalizaciones.

¿Quién acabó con más de siete décadas de gobiernos priístas? No fue la personalidad de Vicente Fox ni su plan de campaña (aunque indudablemente no se puede negar que manejaron una buena mercadotecnia que sigue imperando hoy día). Lo que terminó con los dinosaurios fue todo un prisma de emociones: el hartazgo, el coraje, el repudio, el enojo de los ciudadanos ante tanta impunidad, injusticia, “pan con lo mismo”, etc. De los 15 millones 988 mil 740 votos (42.72 %) que tuvo el candidato del PAN el 2 de julio, la mayoría fue sólo para sacar al PRI como máximo representante del pueblo. Fue un sentimiento lo que determinó a la mayoría a ejercer su derecho de esta manera y no tanto un proceso cognoscitivo largo y rebuscado mercadotécnico. Las despensas ya no dieron resultado.

Por algo el español José Manuel García Margallo y Marfil, integrante del grupo del Partido Popular Europeo (democristiano) y Demócratas Europeos, quien fue el que encabezó la delegación para la observación del Parlamento Europeo en las elecciones del 2 de julio en nuestro país, dijo que “la jornada electoral y su resultado son una <>." (La Jornada, 3 de julio de 2000.)

Y Y hablando de boicots, quién puede pasar por alto el que encabezó el clérigo y Premio Nobel de la Paz, Martín Luther Kingen en 1955 , donde tras el arresto de una mujer negra que se negó a dejar su asiento a un pasajero blanco en el transporte público en Montgomery, comenzó su boicot-protesta que duró 381 días, y que, aunque fue arrestado, encarcelado, amenazado de muerte y su vivienda destrozada, triunfó, para que así en 1956 el Tribunal Supremo prohibiera la segregación en el transporte público de la ciudad. Además dirigió otros movimientos en busca de los derechos civiles de la población discriminada, en donde el poder de convocatoria fue un éxito, debido nuevamente, a intensos estados emotivos de la gente (¿los vuelvo a mencionar?). Y siempre –como en los anteriores acontecimientos- con la esperanza de cambiar la situación a partir de sus formas de expresarse, actuar, y pensar.

Y qué pero le ponemos al sentimiento de solidaridad que imperó inmediatamente después del Terremoto de 1985 en la Ciudad de México. Sin que hubiera un plan de convocatoria y una manera de cómo lograr rescatar y ayudar a los afectados por el fenómeno natural, miles y miles de ciudadanos salieron a las calles (arriesgando su vida) con el sentimiento de pena, dolor, mortificación y demás, con la esperanza de cambiar la situación alarmante que se vivía en esos momentos.

En cada región del mundo hay tantos hechos que demuestran que valen más ó mueven más, estados emotivos como el odio, el repudio, el amor, el coraje, el hartazgo, el enojo, el placer, el nacionalismo (la Revolución Mexicana no se escapa de este esquema, ya que en todo momento, aunque cayeran líderes, la población – tanto campesinos, micro empresarios, hacendados, burgueses, etc.- fue la que siempre estuvo en lucha, actuando, protestando, siempre en presencia, y todo porque ya todos estaban hartos de cómo estaba la situación en el país. Y todos tenían el anhelo de cambiar las cosas.). Así, tenemos otro hecho histórico donde ninguna campaña influyó en los resultados en las elecciones en Francia en el año 2003. Aun cuando los discursos del presidente Chirac no hubieran mencionado el racismo de Villepin, el porcentaje de los que votaron por no dejar llegar al poder a un ultraderechista hubieran sido casi el mismo.Y las “campañas” que hubo—como en la mayoría de estos casos--, que resultaron efectivas y positivas para la causa, fueron orquestadas por la misma población a través de un medio que todavía seguía siendo subestimando en aquellas regiones, y que sigue sin ser legitimado en cuanto a información en México, la internet: en los chats, por correo electrónico, páginas que duran poco en la red por ser atacadas por crakers o boicoteadas, y ahora los blogs.

Así que ¿por qué los escépticos (empresarios, gobiernos, la misma población) insisten en que un boicot contra trasnacionales gringas o contra Televisa es un sueño, algo imposible? ¿Por qué siguen subestimando al pueblo cuando están viendo a diario todas las manifestaciones de millares de ciudadanos en todo el mundo que ya están hartos del despotismo e ideas de los que tienen el poder? ¿Por qué la mayoría de los mexicanos, no sólo los que tienen el poder económico, simbólico o social, siguen sin tomar en cuenta victorias de la izquierda –independientemente que no sea la izquierda de finales de los 60s—en países como Venezuela, Ecuador, Bolivia, Nicaragua, Argentina…? Y es siempre en situaciones extremas cuando se muestra el poder que tiene el pueblo, y como bien dice el escritor brasileño Paulo Coelho: "Gracias, gran líder George W. Bush…Gracias porque, sin usted, no habríamos conocido nuestra capacidad de movilización. Quizá no sirva para nada en el presente, pero seguramente será útil más adelante.”

¿Cómo dejar de temerle al hecho de que el 85 por ciento de la inversión privada provenga de los Estados Unidos (según información de la American Chamber, La Jornada, 29 de marzo, 2003), y que entre el 60 y 70 por ciento de la inversión extranjera directa que llega a México sea de nuestro vecino del norte?La respuesta está en el nacionalismo, es decir, en reactivar la economía nacional, en ayudar a nuestros semejantes mexicanos. Y seguramente no estaríamos solos: “La Asociación Nacional de Industriales de la Transformación (ANIT) llamó ayer a los consumidores mexicanos a boicotear los productos estadunidenses, en repudio a la invasión militar emprendida por Estados Unidos e Inglaterra contra Irak” (La Jornada, ibidem) Además, “aseguró que podrían obtenerse varios beneficios como superávit comercial, menor salida de divisas, mayor consumo de productos hechos en México, reactivación del mercado interno, generación de empleos, crecimiento económico superior al programado, menor inflación y un repunte de la recaudación fiscal.”

Desde rememorables épocas los agricultores, campesinos, micro empresarios, artesanos, productores nacionales, etc., han clamado por ayuda, para sus productos, los nacionales (que han sido dañados por las multinacionales.)

Todo problema o situación tiene una variedad de soluciones, y al menos siempre hay alguna positiva, la que beneficie a las mayorías, al pueblo.

Insisto, ¿por qué subestimar al pueblo y a lo que principalmente hace movilizar a éste, a los sentimientos, a las pasiones? Ya bien lo dice la canción Contrabando y traición de Los Tigres del Norte, de lo trascendental que es meterse con los sentimientos, de las consecuencias.

Y termino con la frase de Vendetta: “El pueblo no debería temerle al gobierno, el gobierno debería temerle al poder del pueblo”.


7 comentarios:

Anónimo dijo...

esta entrada esta super buena , la verdad si creo que la sociedad mexicana deberia de aprender un poquito de otras sociedades ya que somos el unico pueblo que segun suben el salario o sea ni dos pesos subio y duplican la tortilla el cual es el alimento base en la dieta de muchisimas personas y la gente solo dice si ya subio y siguen comprando o sea como?
besos estela

Anónimo dijo...

este texto es un reciclaje, ya pon cosas nuevas...

Esponja Informativa dijo...

Je je! Cual reciclaje Adrian?

Anónimo dijo...

Yo no estoy de acuerdo. El único poder que tiene el pueblo es el de creer en algún santo de su devoción. Está más que comprobado que las grandes revoluciones son producto de algún circulo de personas con poder que en algún momento de la historia se vieron desplazadas de las altas esferas. Ninguna revolución inició desde el pueblo, pamplinas! Ni la Independencia de México ni la Revolución Mexicana ni ninguna futura!! El pueblo es pendejo, le gusta ver mierda en la televisión, no lee, no estudia, es pobre y se reproduce por 1000, quiere que el patrón y el gobierno le ponga todo en bandeja de plata, además tiene el gobierno que se merece: no sbaes cómo gozo cuando les veo su geta de pendejos a todos aquellos jodidos que por no sentirse jodidos votaron por el fecal y que ahora no saben cómo hacerle para comprar tortillas y huevo. He dicho!!!

Esponja Informativa dijo...

Xacto, claro que ninguna revolución, independencia, golpe de estado, sublevación, guerra civil, etc., es originada por las masas, sino por unos poquitos, pero precisamente el enfoque qhago es que al final de cuentas los que la logran o no se lograrían si el pueblo no sigue o no cae en el rollo de los "líderes"; y seguramente se han quedado en el tintero o en la mente de algunos muchas "revoluciones" porque el pueblo no los apoyó o no se la tragó.

Y coincido mucho en eso de que me agrada ver cómo muchos se andan quejando ahora que Felife calderón sigue pagando las facturas de quienes lo ayudaron en su campaña sucia y loque está pasando con la alza de precios...

He predicho!!

Anónimo dijo...

pronto camarradas, pronto... tengas listas las armas...

Esponja Informativa dijo...

Nada más no se armen como la policía de Tijuana! Consigan algo mejor que resorteras y tirafichas!!