lunes, agosto 25, 2008

Por favor lean este testimonio y si pueden difúndanlo:

Un lector de EL UNIVERSAL hizo llegar un relato donde cuenta cómo su familia fue víctima de un robo con violencia dentro de su domicilio y su posterior aventura para poner una denuncia ante el Ministerio Público. Este es el texto íntegro:
Había pasado apenas un día de que un ciudadano común y corriente como ustedes y como yo, el señor Alejandro Martí, levantara la voz y fuera aplaudido de pie por las autoridades. Ese jueves agradecí que hubiera dicho aquello que muchos les quisiéramos decir, y vi que las autoridades con ese gesto de supuesto entusiasmo, se ponían de pie y aplaudían vigorosamente sus palabras.
El viernes reconocí yo mismo el dolor y la voz quebrada con la que se dirigía a las autoridades, cuando agentes del ministerio publico de Tlalnepantla me preguntaban qué estaba yo reportando.

Como cada noche mi tía, al cruzar la calle, escogió la llave de la primera cerradura que hay en su puerta, una reja de acero que habían mandado a poner por "seguridad", y que se anteponía a una puerta de metal que es el acceso al patio delantero de la casa, preparo la llave y abrió la primera reja, inmediatamente fue empujada al interior de ese cubo que separa la reja de la puerta de acceso al patio, la tomaron del cabello y empujándola le exigieron abrir la puerta, mi tía soltó un grito de espanto y de dolor por la fuerza con que la tenían sujeta del cabello, el maldito que la sujetaba le tapo la boca con la mano y empujando una pistola en su cabeza le decía que no gritara o mataban a todos.

Dentro de la casa se encontraba mi tío y dos de mis tres primos, en el piso de arriba estaba mi tío y uno de ellos que estaba por irse a dormir, en el patio de atrás se encontraba mi otro primo haciendo ejercicio en un cuarto que usan de gimnasio y de oficina de mi tío. Por el golpe que dio mi tía contra la puerta, y el grito que alcanzaron a escuchar mi tío y mi primo, inmediatamente bajaron a ver qué había pasado y se encontraron a mi tía sujeta por el cabello con una pistola sobre la cabeza y a más de siete malditos que se movían rápidamente para asegurarlos a ellos también, mientras que otros comenzaban a recorrer la casa.

-¡Cállense o los matamos a todos!-, fueron jaloneados hacia la cocina cada uno sujeto y con un arma sobre la cabeza, los tiraron al piso y les ordenaron no levantar la vista. "¡Agáchate, agáchate!", le decían a mi primo mientras a patadas lo hacían ponerse bocabajo. "¿Quién mas esta en la casa?", les gritaba el "líder". Mi primo dijo que sólo ellos y su hermano. Lo levantaron a jalones y patadas, lo encañonaron y le gritaban "¡No nos veas, agacha la cabeza, ¿Dónde esta tu hermano?!".

Mi primo volteo para indicarles que estaba atrás y nuevamente a golpes le ordenaron que los llevara, mientras un grupo de estos infelices recorría todo el piso de abajo abriendo cajones, sacando papeles, tomando celulares y todo lo que a su paso encontraban.
Abrieron los sobres de estados de cuentas bancarias, inmediatamente tomaron las llaves de los autos, mientras los que habían ido a sacar a mi primo del cuarto de atrás hacían lo mismo en esa habitación, revolviendo los papeles de mi tío, tomando una guitarra eléctrica, y un portafolio de piel donde mi tío tenía todos sus papeles de su trabajo, al entrar a la cocina volvieron a gritarles a mis primos que se tiraran al piso. Pateándolos les gritaban que dónde estaba el dinero, ya en ese momento toda la casa estaba siendo registrada, sobres, carteras, bolsas, cajones eran examinados y cualquier cosa que no les interesara era arrojada al suelo.


Se escuchaban los golpes de los cajones estrellándose en el piso, los golpes que les daban mientras les exigían cosas que al "líder" alguien le decía por un teléfono celular, tomaron a mi tío y lo llevaron al piso de arriba entre golpes jalones de cabello, y una maldita pistola empujando su nuca, el dinero o los matamos, le fueron diciendo todo el recorrido hasta la parte superior de la casa, habitación por habitación mi tío poco a poco fue viendo la voracidad de estos malditos que ya en tan poco tiempo habían desecho todo, cajones tirados, libros en el piso, credenciales de la universidad, del trabajo, cajas abiertas, muebles fuera de lugar, en las recamaras de mis primos, closet abiertos de donde descolgaban la ropa, cajas de zapatos, trajes, tenis, gorras, relojes, celulares, todos sus objetos que reflejaban el esfuerzo de su trabajo y de años de estudio, manoseados, por una bola de malditos parásitos que por ser tan inútiles no saben hacer nada mas que ponerle un arma en la cabeza a alguien para robarle en unos minutos lo que años cuesta conseguir.

Mi tío les entrego el efectivo que tenía guardado en la recamara principal, entonces la voz distorsionada que se escuchaba del celular dijo algo y el "líder" comenzó a exigirle los papeles de los carros. "¡Los papeles! ¡Dónde están los papeles!", le gritaban mientras seguían golpeándolo y restregándole la pistola en la cabeza. "¡Los papeles o se mueren todos!". Les señalo el lugar donde estaban que era el espacio dentro del closet donde mi tía tenia sus pertenencias, entonces lo bajaron a la cocina, levantaron a mi tía que por estar enferma les había suplicado varias veces que la dejaran sentarse por que no se sentía bien, la respuesta de estos malditos siempre fue la misma, patadas y gritos ordenándole que se echara bocabajo y que no levantara la cabeza.


"¡Tranquila o los matamos a todos!" Después de oír esta amenaza ¿se puede estar tranquilo?, al llegar a la cocina aventaron a mi tío al piso mientras la voz por el celular se escuchaba presionando al "líder" a exigir los papeles de los carros, levantaron a mi tía que les dijo donde estaban pero por ser tan estúpidos no los habían encontrado, así que la subieron hasta su recámara y le ordenaron darles los papeles, por uno de los golpes que le habían dado le habían tirado los lentes, y entre los nervios y la falta de sus lentes no podía distinguir cuáles eran los papeles, mientras por toda la casa seguían escuchándose los pasos apresurados de estas malditas ratas.

Testimonio íntegro:

http://www.eluniversal.com.mx/notas/532674.html

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