HOMENAJE A GRANADOS CHAPA

Una de las grandes herencias de Miguel Ángel Granados Chapa es que su trabajo periodístico no forma parte de filtraciones sino de la investigación

Roberto A.- El periodismo de Granados Chapa representa una nueva forma de hacer periodismo político en México desde los años 60s y 70s, ya que la labor periodística de este personaje formado en la UNAM siempre ha fortalecido el debate debido a que cotidianamente ofrece razones a la opinión pública y no habla por hablar.

Lo anterior lo aseguró el periodista Javier Solórzano en la primera mesa que conforma el homenaje titulado Enseñanzas de Miguel Ángel Granados Chapa que se realiza en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPyS) en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) durante octubre.

Solórzano comenzó su intervención contando una anécdota de finales del año de 1973 cuando estaba por terminar su carrera en la Universidad Iberoamericana: “tuvimos una investigación sobre el Golpe de estado en Chile y era motivo de una materia que se llamaba Difusión de la Información… Hubo un grupo que nos pareció extraño lo que se estaba viviendo”, ya que el maestro quería, continuó Solórzano, que se aplicara un cuestionario por teléfono y que se preguntara si lo que pasó en Chile podría pasar en México, qué pensaban de Salvador Allende, etcétera, y entonces “un grupo de estudiantes nos opusimos a que se desarrollara este cuestionario, pasaron los días, presentamos la oposición a esta investigación, y entonces llegamos aquí a la Facultad, y buscamos a un maestro y nos explicó lo que ocurría”.

Javier Solórzano, quien encabezaba junto con Carmen Aristegui el extinto programa televisivo En Blanco y Negro por Multivisón, mencionó que esa investigación que se estaba haciendo en clase, era parte de una investigación que estaba realizando el presidente de la República en aquel entonces para saber si lo mismo podría pasar en México.

Prosiguió: “entonces se armó una discusión larguísima a tal grado que nos llevaron a juicio. A mí me faltaba como tres o cuatro materias para terminar la carrera, y entonces al final nos dijeron, <Oigan, si le siguen hasta aquí quedaron>, y hasta ahí quedamos".

Y entonces Solórzano le preguntó a los asistentes del Auditorio Ricardo Flores Magón: “¿Y a quién creen qué fuimos a buscar?”, a Miguel Ángel Granados Chapa, quien les dijo que no se preocuparan y no se arrepintieran de lo que habían hecho y que iba a ver qué se podía hacer. Después de seis meses ya se encontraba Solórzano, Romeo Pardo Pacheco y otro compañero ya fallecido, estudiando en la FCPyS con algunas materias revalidadas.

Fotos: Roberto A. 008

Posteriormente se refirió a que sus compañeros y él formaron parte en la docencia en la Universidad Autónoma Metropolitana, así como en el diseño de la carrera de Comunicación Social (contando siempre con las enseñanzas de Granados Chapa) tomando en cuenta que los medios de comunicación y la comunicación se habían transformado en muy poco tiempo en un gran poder político que estaba determinando decisiones fundamentales para el país.

Por tal motivo Javier Solórzano aseguró que Miguel Ángel Granados Chapa se merecía la Belisario Domínguez por quien fue Belisario Domínguez, pero también “por lo que ha hecho por nosotros, por los que estamos aquí, y por los muchos que están invisibles y están por ahí; pero sobre todo porque sus innumerables lectores construyen cotidianamente la Plaza pública, ellos son los que construyen la plaza pública.”

Finalmente, indicó Javier que lo que Miguel Ángel cotidianamente escribe se va dando tarde que temprano, razón por la que Granados Chapa no es que tenga la última palabra, sino que tiene la palabra, y permite en los momentos más agudos de problemas donde hay muchas maneras de ver las cosas, el discurso de Miguel Ángel, colocar sobre la mesa los elementos más importantes que en ese momento se están discutiendo.

“Miguel Ángel se comprometió con su país, y se ha venido comprometiendo sistemáticamente con él en los momentos más difíciles, agudos y más controvertidos.”

En los próximos días la intervención del fotógrafo Pedro Valtierra