martes, marzo 20, 2007

La Esponja Informativa

  • “Aceptan 25 empresas trasladarse a Tepito”:

http://www.eluniversal.com.mx/notas/412351.html

  • Texto de THE INDEPENDENT sobre Carlos Slim:

http://www.jornada.unam.mx/2007/03/11/index.php?section=economia&article=025n1eco






Foto:
Leo A.

(marzo 007)






  • Investigación de la revista Proceso sobre el Estado Mayor Presidencial, titulado "Los golpeadores de Calderón", al texto le faltarán un par de párrafos para no tener problemas con los derechos de autor; asimismo si algún Suscriptor desea que en la Esponja aparezca algún texto de Proceso, Día Siete, etc., solicitarlo, ya veremos si lo hacemos:

Los golpeadores de Calderón

Daniel Lizárraga

Si algo ha cambiado en los primeros 100 días del gobierno de Felipe Calderón es el Estado Mayor Presidencial QEMP), que luego de respetar durante varios sexenios los principios de legalidad, sensatez y dis­creción en sus operativos de seguridad, procede ahora cada vez con más ostentación, violencia y otros excesos que afectan derechos de las personas.

Bajo el mando del general de Brigada Diplomado de Estado Mayor Jesús Castillo -a quien sus subordinados suelen referir­ se como "JC"-, en los actos de Felipe Calderón en zonas urbanas el EMP despliega cientos de elementos hasta en dos kilómetros a la redonda y coloca decenas de vallas metálicas, mientras las azoteas se usan para apostar equipos de francotiradores.
A diferencia de su comportamiento habitual de las últimas dos décadas, muchos elementos del EMP, hiperractivos, responden a golpes a la menor provoca­ción no sólo contra manifestantes pacíficos o seguidores de Andrés Manuel López Obrador, sino también contra reporteros y fotógrafos, además de maltra­tar a comerciantes e impedir el trabajo de servidores públicos…

En actos oficiales, dentro o fuera de la Ciudad de México, los elementos del EMP impiden a los comunicadores pasar con revistas y periódicos, con el argumento de que allí podrían esconder armas o cartulinas con leyendas contra el presidente.
El 8 de enero en Yautepec, Morelos, por ejemplo, obligaron a la reportera de El Financiero Angelle Hernández a dejar en la entrada del acto un ejemplar de Proceso, y unos días después, en el hotel Sheraton de la Ciudad de México, exigieron a un reportero de El Universal sacar de su maletín los diarios que llevaba.
Para este año 2007, el primero de Feli­pe Calderón en el poder, el Congreso de la Unión autorizó al Estado Mayor Presidencial un presupuesto de 781 millones 876 mil 297 pesos -unos 28 millones más res­pecto del último año del gobierno foxista­ y la compra de dos helicópteros.

Las tanquetas

La tarde del lunes 26 de febrero, en uno de los cuarteles del EMP instalado dentro de la residencia oficial de Los Pinos, identificado oficialmente como "Batallón de Tropas de Asalto", se alistaron dos tan­quetas antimotines que desde afuera, a través del enrejado principal, podían distinguirse fácilmente. Dos miembros del EMP se movían a su alrededor mientras uno de sus superiores los observaba.
A menos de un kilómetro de ahí, so­bre la calle de Chivatito, aproximadamente 5 mil personas, pertenecientes al Movimiento de Resistencia Civil Los de Abajo, realizaban un plantón luego de haber mar­chado por la avenida Reforma.
A través de megáfonos planteaban de­ mandas relacionadas con el salario, la soberanía alimentaria y la economía popular, además de lanzar consignas contra el neoliberalismo y anunciar que el próximo 20 de marzo organizarán una manifestación contra la política económica del presidente Calderón. Nada más.
Nunca tocaron, y ni siquiera se acercaron, a las vallas de tres metros de altura que les puso el EMP, como las utilizadas en los alrededores de la Cámara de Diputados el pasado 1 de diciembre, cuando el nuevo mandatario rindió la protesta de ley.
Las agrupaciones civiles provenientes de Tabasco, Oaxaca, Estado de México, Zacatecas y Guerrero nunca supieron que detrás de esas enormes vallas había por lo menos unos 300 integrantes del EMP, co­locados estratégicamente en hileras de re­sistencia y con su uniforme de seguridad: overol y gorra negros.
Se trataba de un movimiento inusual para el tamaño de la manifestación. En grupos de 12, 16 Y 18, los militares tro­taban hacia las dos entradas principales de la residencia oficial. No importaba que los manifestantes estuvieran sólo sobre la calle de Chivatito; ellos reforzaron todas sus posiciones, e inclusive integrantes de Guardias Presidenciales formaron un cordón frente al Museo del Estado Mayor.

Antes de que arribaran los manifestan­tes a la calle de Chivatito, seis o siete mi­ litares cruzaron armados por uno de los puentes peatonales. Cuando este reportero y Ernesto Núñez, del periódico Reforma, intentaron atestiguar de cerca la intensa movilización de tropas, fueron videograbados por elementos del EMP y luego sacados de ahí con el argumento de que se estaba invadiendo la zona de seguridad.
La estación del Metro Constituyentes fue cerrada. En las avenidas Constituyen­tes y Parque Lira también colocaron vallas de tres metros de alto. No había forma de cruzar los puentes y pululaban los militares ataviados con overol y gorra negros. Este cordón de seguridad sólo se retiró cuando se fueron los manifestantes. Las tanquetas, listas para ser usadas, permanecieron a la entrada del cuartel.

Esa vez las cosas no pasaron de allí, pero la tensión, el nerviosismo y la ira de algunos elementos del EMP fueron patentes, por lo menos desde el 15 de diciembre de 2006, du­rante el último informe de labores del enton­ces presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), Mariano Azuela, a cuya ceremonia, como cada año, acudió el je­fe del Ejecutivo como invitado de honor.
De acuerdo con las crónicas publica­ das al día siguiente, alrededor de las 15:45 horas, cuando decenas de personas aguar­daban detrás de las vallas para ver al nue­vo mandatario, una de ellas alzó una pancarta y otras gritaron consignas contra él.
Tres elementos del Estado Mayor Presidencial se colocaron rápidamente frente a los manifestantes, que continuaron gritando: "¡Espurio!", "¡No pasará!".
Entonces uno de los guardias les arrebató una pancarta. La gente reclamó a gritos a los miembros del EMP y alguien más sacó una cartulina que mantenía oculta entre sus ropas. Otro militar se la quitó y, frente a ellos, la rompió. En respuesta, uno de los manifestantes le dio un golpe en la cara con una delgada vara.
El militar, enfurecido, le lanzó un puñetazo. Otros 10 de sus compañeros se abalanzaron contra los manifestantes. Los golpearon y, aun cuando uno de ellos ya estaba en el piso, inmovilizado, lo siguieron pateando.

Contra la prensa

El 16 de febrero de 2007, durante la 31 reunión ordinaria de la Conferencia Nacional de Gobernadores (Conago), celebrada en Tlaxcala, se impidió el acceso a manifestantes al sitio del encuentre y no dejaron pasar a los empleados de tiendas y comercios.
No obstante, el caso que más llamó la atención fue el del fotógrafo del Reforma Luis Castillo, quien fue brutalmente golpeado por el EMP y tuvo que ser trasladado a un hospital de Puebla. Esta es la crónica, publicada en ese mismo diario:

Elementos del Estado Mayor Presidencial sometieron y golpearon al reportero gráfico de Grupo Reforma Luis Castillo, provocándole lesiones en el rostro y cuello, hombro y brazo izquierdos.
El incidente se produjo previo al desayuno que sostienen mandatarios estatales que integran la Conferencia Nacional de Gobernadores (Conago) con el presidente de la República, Felipe Calderón.
Cuando un grupo de fotógrafos intentó aproximarse hacia el Palacio de Gobierno de Tlaxcala (sede del desayuno), en el momento que arribaba el gobernador de Michoacán, Lázaro Cárdenas, elementos del Estado Mayor arremetieron a empellones contra ellos.
El fotógrafo Luis Castillo fue someti­do por la espalda y derribado por un efec­tivo del Estado Mayor Presidencial y luego otro efectivo lo golpeó y pateó en el pi­so, conforme al testimonio de Castillo.
Un elemento alto, de tez blanca, de pantalón oscuro y camisa clara, pisó la ca­ra del fotógrafo luego de gritarle: "¡te es­toy diciendo que te vayas!".
Después fue levantado del cinturón y aventado hacia la zona donde están los portales.
"¿No que no te ibas?", le dijo el mismo elemento del EMP.

El fotógrafo fue despojado de su cá­mara y de la tarjeta digital. Minutos después, ya que había sido desalojado de la sede de la reunión, un elemento del EMP que declinó identificarse le regresó la cá­mara fotográfica averiada.
Luis Castillo permanece en un hospi­tal privado, donde es atendido de sus lesiones y se encuentra bajo observación.
Pero ese mismo día el cerco militar también había impedido que se acercaran al hotel Misión -sede de la reunión de gobernadores- integrantes de la Alianza Binacional Braceroproa, quienes sólo pre­tendían entregar al presidente Calderón una carta donde le exponían su situación.
Al día siguiente, personas que se identificaron como miembros del EMP acu­dieron al hospital privado en el que Cas­tillo fue atendido para realizar -eso dije­ron a los empleados administrativos- una investigación. Quisieron ver el expediente médico, el tipo de lesiones y hablar con los doctores que lo trataron.
Y el coordinador de Comunicación Social de la Presidencia, Max Cortázar, envió una carta a Reforma en la que la­mentó lo sucedido con su reportero gráfico. No obstante, apenas unos días des­pués, el viernes 23 de febrero, el propio Max Cortázar sufrió en carne propia los excesos de los militares.
Cuando acompañaba al presidente Calderón en una gira de trabajo por Jalpa, Zacatecas, un elemento del EMP le impidió el paso al Salón de Usos Múltiples del municipio, donde se dio a conocer el programa oficial Remesas y Acceso a Servicios Financieros.
El militar sólo permitió ingresar a las personas que caminaban muy cerca del mandatario, como la gobernadora Amalia García. Los demás ya no pudieron pasar. Molesto, Cortázar intentó meterse al si­tio destinado a los invitados, pero el EMP se lo impidió. Hubo jaloneos y gritos hasta que apareció el teniente coronel de artillería Diplomado de Estado Mayor Mario Castro Méndez, quien reprendió severamente a su elemento.
Más tarde, antes de que concluyera la gira, el jefe del Estado Mayor, Jesús Castillo, llevó al guardia ante Cortázar para que personalmente le pidiera disculpas. De acuerdo con versiones de quienes asistieron ese día a la gira, este militar reprendido argumentó que sólo había cumplido con las órdenes de sus superiores.

Un día antes, durante un recorrido por Ciudad Valles, San Luis Potosí, un solitario perredista, Francisco Coronado, se había colado entre la gente que saludaba al presidente con el propósito de entregar a Calderón un fólder con hojas que decían: "espurio", "usurpador", "pelele".
"No amigo, gracias", respondió el mandatario.
"No se espanten, soy de izquierda y soy del PRD. Aquí lo importante es decir (al presidente Calderón) que es un usurpador; es la verdad, no supo ganar ni supo perder. Se pidió voto por voto y no aceptó", dijo el perredista.
Coronado se refirió también a la confesión de Vicente Fox en el sentido de que, tras perder la batalla por el desafuero de An­drés Manuel López Obrador, el 2 de julio se desquitó con la derrota del perredista.

Según el libro El Estado Mayor Pres­idencial -editado por cierto durante el gobierno de Vicente Fox-, entre los princi­pios rectores del EMP están la "lealtad", la "honestidad", el "profesionalismo" y la "discreción" que, explica, son tradiciones consolidadas a partir del nacimiento de esta institución, en 1863.
Respecto de la "discreción" que deben guardar los elementos del EMP, el libro in­dica: "En el Estado Mayor, este es un valor que reviste una importancia vital, siendo imprescindible que sus miembros observen en todo momento y en toda actividad una conducta reservada y prudente".
Y agrega: "La sensatez y el tacto son fundamentales; por ello (un integrante del EMP) debe evitar acciones o comentarios que vulneren la seguridad, que lesionen la imagen del organismo o denigren su propia persona".

Los despliegues

El hecho es que en todas partes, trátese de Sinaloa, Tabasco, Tlaxcala, Nuevo León, Jalisco o la Ciudad de México, el EMP despliega toda la fuerza militar que res­ guarda en los cuarteles.
El 23 de enero, por ejemplo, Calderón entró por vez primera al Palacio Nacional para atestiguar la Primera Sesión del Consejo Nacional de Seguridad Pública (CNSP), arropado por un operativo de seguridad en el que participaron alrededor de 4 mil elementos federales, del Distrito Federal y del EMP.
El fin de semana anterior, el gobier­no mexicano había entregado a 15 capos de la droga a Estados Unidos, de manera que el día 23 se reforzaron los equipos de francotiradores y de sensores de movi­mientos en edificios contiguos.
Aunque la reunión donde participaron los gobernadores y el Gabinete de Seguri­dad transcurrió sin sobresaltos, el primer cuadro de la ciudad era un caos.
Y no precisamente por la menguada marcha de perredistas al Zócalo -si acaso 50 personas- encabezada por Gerardo Fernández Noroña, entonces vocero del PRD, sino por las vallas metálicas que impidieron el paso alrededor de unos dos kilómetros a la redonda del Palacio Nacional.
Nadie podía acercarse al recinto a me­nos que lograra identificarse como comerciante, funcionario o reportero. Y una escena parecida, con militares que vestían ropa de camuflaje y con francotiradores en las azoteas, se repitió el 5 de febrero, cuando antes de que llegara Calderón para conmemorar el aniversario número 150 de la Constitución de 1857, y el número 90 de la Constitución de 1917, fue aprehendido el perredista Fernández Noroña.

Actualmente, según la información oficial, el EMP cuenta con alrededor de mil 862 elementos, distribuidos básicamente en tres grupos: Cuerpo de Guardias Presidenciales, 24 Batallón de Infantería de la Armada y Grupo Aéreo de Transportación Presidencial.
Un elemento del EMP puede conside­rarse dentro de la élite castrense mexicana. Sus tareas requieren de un alto grado de especialización, y en ellas debe guiar­se, también, por los principios de "legalidad y respeto a los derechos de las personas", como reza el libro El Estado Ma yor Presidencial, editado por el Fondo de Cultura Económica.
Entre los cursos que reciben los miem­bros del EMP destacan los relativos a la protección de funcionarios, seguridad en instalaciones, manejo ofensivo-defensivo, localización de aparatos explosivos, defensa personal, prevención de secuestros y de ataques criminales.
Y como dentro de todas esas tareas son fundamentales el manejo de armas y tiro, el 26 de enero de 2004 el EMP inauguró en sus instalaciones un simulador de tiro vir­tual equipado con la más avanzada tecnología: el Centro de Adiestramiento Especiali­zado "Presidente Vicente Fax Quesada".

PROCESO, No. 1584, 11 mar. 07

  • La Wikipedia quiere competir contra Google y Yahoo! con un buscador propio:

http://www.elmundo.es/navegante/2007/03/09/tecnologia/1173431307.html?a=52051748d3d641c8d86f685846847d74&t=1173647669

  • Cierran Coca Cola en un país, ¿en dónde más podría ser? ¿Quién los tienes bien puestos? Pues en Venezuela:

http://www.eluniversal.com.mx/notas/410752.html

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