martes, mayo 23, 2006

MI ABERRACIÓN HACIA EL PAN


Imagínense. Dense una idea. Visualicen cuánto detesto a Vicente Fox, cuánto aborrezco a Felipe Calderón y al PAN (Espino, Ramón Muñoz…), ya que debido a todos ellos ando mandando información, principalmente sobre el terreno de la política, al menos desde hace ya más de un año, cuando en mi opinión personal, detesto la política, no me agradan los políticos, no me gusta la sección de política de los periódicos o bien, los sucesos o hechos del país donde los protagonistas de éstos son los funcionarios, gobernadores, secretarios de Estado, autoridades, etcétera. Es más, cunado estudié Comunicación Social y me tocó la materia de Periodismo, era la que menos me entusiasmaba porque la principal área o la más importante de este campo es la política. Ando mandando información con el riesgo de parecer o ser tachado de ser grillero, de hacer proselitismo a favor del PRD (por cierto, no estoy afiliado al PRD o nadie me paga por mandar información), de ser integrante del partido amarillo, de ser amarillista, etcétera, etc. Aunque no me importa de qué me tachen, lo que me importa o afecta es otra situación.

Pero debido a la guerra sucia del PAN contra AMLO; de las torpezas, ineficiencias, ignorancia, ineptitud, etc., del presidente Fox; de los actos de corrupción de Vamos México, de la Lotería Nacional, de los bastardos hijos de Martha Sahagún, de las Aduanas comandadas por un tal Montalvo, amigo de Francisco Gil Díaz; del descaro de autoridades o secretarías de Estado para beneficiar a empresarios o a los integrantes del gabinete foxista para mal baratar, saquear… los recursos, propiedades de la nación o de particulares, como la “venta” o regalo más bien, de terrenos en Cancún a empresarios, del despojo de la Bahía del Tamarindillo a ejidatarios, de propiedades pertenecientes al IPAB (o FOBAPROA) super mal baratadas y vendidas, por ejemplo, a los hijos de la esposa del Presidente. La lista es interminable.
Debido a que los logros que los mismos ciudadanos hemos ido forjando a lo largo de años --y no el gobierno del cambio como dicen algunos--, y que con el gobierno inepto del PAN se han estancado o peligran de desaparecer, no puedo pasar por largo todo eso, no puedo quedarme estoico, no es tiempo de ser apático, no puedo callarme, simplemente no puedo hacer como que no pasa nada y que a mí y a mi familia no nos van afectar todas las decisiones o acciones que se hacen desde el gobierno federal y del candidato del PAN, Felipe Calderón. Aunque no me guste la política, y a pesar de que he dejado de leer las áreas que me gustan, tengo que hacer una pausa y ver qué puedo hacer, aunque sea en lo más mínimo.

Desde hace ya muchos meses hay una campaña en medios de comunicación masiva y en espectaculares, carteles, paradas de autobús o microbús que dice que “no te calles” y “llámalos por su nombre”; así que digo yo, por culpa de estos hijos de la chingada bola de corruptos, rateros, cínicos, ineficientes… autoritarios funcionarios federales o integrantes del PAN, como Vicente Fox, Rubén Aguilar, Carlos Abascal, Josefina Vázquez Mota (que ya no está de secretaria de Estado), Felipe Calderón, Ramón Muñoz, Espino, Diego Fernández de Ceballos (al que más aborrezco), Santiago Creel, etc., es que en lugar de hacer lo que me apasiona, lo que me gusta hacer, como leer novelas o libros de sociología (mi materia favorita); de repasar mis libros y apuntes de francés, inglés y japonés; de escribir u opinar de otros temas como el cine, deporte, cuestiones existenciales, ahora desde mediados de este sexenio no puedo evitar leer a diario los periódicos y revistas.
“Gracias” al gobierno del cambio, ahora, cuando el libro “La Distinción” de Pierre Bourdieu espera a ser terminado, y está a la mano, mi mano se dirige hacia La Jornada a leer la editorial, los encabezados, la “Rayuela”. Ahora, en lugar de volver a agarrar ese tomo de la colección de obras selectas vendidas en Gandhi, de G. Flaubert, donde me falta leer “La Tentación de San Antonio”, mi mirada y manos se aproximan a la revista Proceso o al Milenio Diario. Tiene meses que tengo intenciones de conseguir “La rebelión de la granja” y no he podido salir en su búsqueda porque mi ser se dirige a la computadora para luego conectarme a Internet y revisar las ediciones electrónicas de El Universal, El Financiero, El Economista, la revista Eme-Equis, o incluso, de vez en vez checar el diario Crónica o leer periódicos de otros países para ver si vienen noticias o columnas sobre lo que pasa en México.

Antes me la pasaba leyendo a E. Cioran, F. Nietzsche, Guillermo Fadanelli o Pierre Bourdieu, ahora su lugar ha sido sustituido por columnistas, notas informativas, investigaciones sobre la corrupción en que están involucrados funcionarios federales, abusos de autoridad, injusticias, violaciones a los derechos humanos, a la Constitución, narcoejecuciones, falta de apoyo a los migrantes, al campo, a la educación, a la cultura, al deporte.
Y claro que ahí está Bejarano, Ponce, el “Nicogate”, Imaz; pero ¿acaso se compara unos portafolios y el traje llenos de billetes con el Pemexgate?, además, los primeros ya han sido procesados, desincorporados del partido, desaforados o capturados (Bejarano estuvo en el Reclusorio Sur y Ponce está en el Penal de
Máxima Seguridad de La Palma… ¿Y los del fraude a PEMEX? No, están más que libres; Laura Valdés de la Lotería Nacional tampoco, solamente le quitaron su puesto de directora…; e incluso están algunos postulados para el senado o para diputados federales, etc. Seguramente para el Pemexgate no bastaron unos portafolios o un par de trajes para llenarlos de dinero, mínimo se ha de haber necesitado una camioneta, o hasta un trailer –obviamente no fue que sacaran físicamente el dinero. Lo del tal chofer, Nico, no fue por robo, fue porque recibía según otro sueldo. ¿Se comparará ese sueldo con lo que se robo la ex directora de la Lotería Nacional?

Imagínense como no voy estar encabronado si por el “gobierno del cambio” he dejado de leer lo que me gusta y ahora ando leyendo lo que no me gusta y me amarga el día, la semana, el mes, el año o la vida. Pero no puedo engañarme y no hacer nada al respecto, no puedo evadir mi convicción de que tengo que apoyar en algo y como pueda a mi país, a la mayoría, para que en un futuro próximo, a corto plazo, pueda seguir disfrutando de leer a Ciorán o a Fadanelli, de terminar los libros que me faltan del sociólogo francés, de refrescar mis conocimientos en idiomas, de seguir asistiendo frecuentemente al cine, de ir a exposiciones o actos culturales…
En cambio, si me hago el desentendido, sino me informo, sino comparto esa información, en corto plazo a lo mejor seguiré sin asistir a exposiciones, ahora, no porque me la pase leyendo periódicos o revistas sino porque la continuidad del gobierno foxista produciría que ya no hubiera casi exposiciones o actos culturales por falta de apoyo o por censura; ya no compraría libros porque ahora costarían más caros y en las bibliotecas habría en su mayoría, tomos, enciclopedias, diccionarios de la Guía de Padres, de libros editados por ProVida, colecciones completas de Miguel Ángel Cornejo, manuales de Adal Ramones, Adela Micha, López Dóriga, Paty Chapoy, Carlos Abascal, Shanik Berman, RBD, en cualquier tema.
Tal vez ya no podría ir a correr a los Viveros de Coyoacán porque ahora CIE lo compró para hacer eventos de Rally o Motocross. Y para correr tendría que pagar a lo mejor 50 pesos cuando no hubiera evento; o el Bosque de Aragón también ya también estaría en manos de la iniciativa privada…

No podemos arriesgarnos a perder muchas cosas de las que todavía podemos disfrutar. No podemos arriesgarnos ahora a que en la Ciudad de México también lancen granadas de fragmentación en los antros o bares, a que periodistas se les corte la cabeza y las exhiban en el Ángel de la Independencia o en la Diana La Cazadora., a que más mujeres sean asesinadas impunemente –en todos los países, hasta en los europeos, hay maltratos o ejecuciones de mujeres, pero en esas tierras es frecuente que se captura a los culpables y son procesados y encarcelados.

Puedo haber “desperdiciado” más de un año de vida sin hacer lo que me apasiona, pero tal vez podré disfrutar muchos, muchos años más en retomar mi camino y cumplir mis objetivos y metas si contribuyo aunque sea en lo más mínimo para que muchos estén informados y cada uno saque sus conclusiones.
No hace daño el estar informados. Hay que estarlo muy bien y cada uno sabrá que hacer el 2 de julio. Y no soy el único que piensa esto, no soy el único que ha decidido informar a los demás.

P.D. Lo peor de todo es que hace como un mes estaba como a un metro de distancia de Espino, y una semana antes como a 10 centímetros de Felipe, y no se las pude mentar o sorrajarles un huevo en su hueca cabeza.


Atte. Roberto L. Abrego